¿Te gusta tu lugar de trabajo?

Me tocó leer un texto llamado “When Sparks Fly” de Dorothy A. Leaonard y Walter C. Swap. No agregaré aquí mi ensayo completo, de hecho solamente comentaré sobre el capítulo 2, que les podría interesar.
El capítulo se llama “Designing the Physical Environment” (Diseñando el ambiente físico) y ahonda en la importancia para que la creatividad y la eficiencia se unan acorde al espacio en donde se trabaja (...y por lo demás se vive gran parte del día). Varios ejemplos son presentados, tales como la importancia de colores en la oficina, la forma en que están dispuestos los muebles y el ambiente que se crea entre compañeros de trabajo.
Otro tema relevante que destacan los autores es la importancia de mejorar el desempeño de los empleados a través de brindarles un lugar que otorgue mayor movilidad dentro de los espacios. Consideran que ciertos métodos (hacer el trabajo entretenido, dar movilidad y espacios de reunión informales, colores y mensajes de humor en la oficina) son importantes por que mejoran la creatividad grupal en dos dimensiones: por una parte, logran comunicación no planeadas entre miembros del grupo y por otra, fomentan la habilidad o posibilidad de que los miembros de dicho equipo configuren y controlen su espacio físico para combinarlo con sus actividades cognitivas deseadas.
A pesar de la importancia de estos elementos a la hora de trabajar, pocas empresas en Chile lo llevan a cabo de forma real. En gran medida, las empresas que se asocian con creatividad, son las que tienen elementos que fomentan la discusión en equipo o tienen elementos estimulantes.
En Chile, conozco algunos ejemplos que intentan crear dichos estímulos: la agencia de publicidad Prolam es un gran anfiteatro con pocas esquinas y diferentes salas acondicionadas no solamente para tener una reunión formal, sino que también para “idear” (lugares informales). La agencia de publicidad Promoplan por su parte, tiene en el suelo de su pasillo pasto sintético que provoca la sensación de “equipo”.
Lamentablemente, estas ideas o estímulos tienden estar asociados a empresas que se dedican a la creatividad, como si otras empresas, marcas, Universidades, proveedores, mayoristas o supermercados, no necesitaran creatividad para mejorar sus labores.
En los últimos años, dentro del área de la publicidad, se ha hecho famoso el “BTL” (Below the Line), rama a la que se denomina la publicidad no tradicional, urbana, de eventos atípicos. Dicha publicidad, ha logrado ser un negocio rentable en nuestro país por que justamente logra captar la atención de las empresas y entender la importancia de hacer actividades para sus clientes, pero también para sus empelados. Movistar, por ejemplo, gasta millones anuales en Chile, para traer a bandas de música famosas solamente para sus empleados o para festejar aniversarios o temas relevantes de la empresa y causar “fidelización”. Una de las actividades que más llamó la atención este año, fue que los gerentes generales de esta mega empresa, fueran los que servían el cóctel a su personal, entre ellos de limpieza, del call center y servicio al cliente. El impacto fue inmediato.
Más allá de estos ejemplos de grandes empresas que gozan de altos presupuestos o empresas derechamente ligadas a la creatividad, hay muchas que prefieren hacer oídos sordos a dichas actividades y encajonar en cubículos grises a sus empleados vestidos de traje gris y corbata negra.
Al leer estos textos sin duda nace la pregunta: ¿Cómo es mi lugar de trabajo? ¿Me gusta mi espacio, está bien adecuado, permite una buena comunicación entre los empleados? Tal vez si nos hiciéramos estas preguntas más seguido, podríamos también exigir algunas mejoras que muchas veces ni siquiera implican altos gastos, solamente creatividad y derechamente, ganas.